Risco de San Roque.

La Carretera del Centro, a su salida de Las Palmas de Gran Canaria, ocupa parte de lo que -hasta hace pocas décadas- fuera el espléndido palmeral del barranco Guiniguada. Desde aquí, mirando hacia el poniente, se levanta el risco de San Roque, destancándose la vía principal, sus fachadas de colores y la casa de "los tres picos", original construcción que corona la montaña. Detrás de la misma, ya casi invisible desde abajo, se encuentra la urbanización de El Batán y numerosas construcciones recientes.

Al otro lado de la carretera, aislada por el tráfico, se alza la ermita de San Roque, sencilla y bella construcción del siglo XVII, a cuyo alrededor comenzó el asentamiento. Desde la capital, podemos acceder a San Roque por dos vías: una que parte de la Calle Ramón y Cajal (Vegueta), pasa por la ermita y recorre la parte baja y media del risco, desapareciendo hacia el interior de la isla, paralela al barranco Guiniguada. Otra, subiendo por la carretera general del centro y desviándonos hacia la derecha. Pasando este cruce, se encuentra la zona de "La Cantera", reconocible por las enormes cuevas horadadas; a la derecha de las mismas -con un parque de por medio- se levanta el antiguo Molino de El Batán, hoy escondido entre ruinas y vegetación.

La fisonomía del antiguo barrio se ha transformado tras la urbanización de la zona en los años 60. Por dicho motivo, a pesar de la historia y pertenencia común, hoy podemos diferenciar claramente lo que sería el risco de San Roque (ladera alta y baja, carretera vieja), las casas diseminadas entre el Canarias
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